• Giberto Bosques, el comprador de la “Sencilla mujer de mediodía”. Un episodio estridentista
  

La capital amaneció una mañana, amarullada de carteles:

Por la tarde, el edificio del Movimiento Estridentista, se vió saltado de ansias masculinas que perseguían “las miradas oncosechables de los recuerdos”, “el jovialismo de una sonrisa jardinera”, “el encanto de unas mejillas maquiladas por el colorete del tiempo”; todo réclame que el vendedor hiciera a su Muestrario de Mujeres, decorado por Alva y distribuído al comercialismo novelero de los bulevates.

Se pusieron es subasta las mujeres, y cada grupo lanzó el precio de sus ambiciones […].

[…]
Al cerrarse la subasta, se dió la lista de los compradores:

[Luis Mario Schneider (1985), El Estridentismo. México 1921-1927. Instituto de Investigaciones Estéticas (Monografías de arte/11), Universidad Nacional Autónoma de México, p. 286-287